Mi madre, la mejor, por lo que se merecía el mejor regalo del día de la madre...
Y, ¿qué mejor regalo que a ella misma?
Costó trabajo, mucho trabajo, sobre todo el hacerla en la misma casa de 70 metros, pero al final... este fue el resultado, y la verdad que mereció la pena solo por verle la cara cuando la vio!
El mejor regalo que podemos hacer a los demás es nuestro tiempo, ya sea estando con ellos o dedicándolo a hacer cosas que sabemos que les harán felices.
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